He de confesar que fueron muy pocas las conferencias a las que entré, no porque no me hubieran llamado la atención, sino porque mi intención era, prácticamente, comprar libros peruanos, quitarme esa decepción que años atrás mis maestros de la carrera me habían aventado, que yo no me quejo de Vallejo, pero tampoco me parece que sea lo mejor que tiene el Perú. Por otro lado creo que el comité organizador de FIL debería proponer dentro de las ferias alguna área gastronómica donde el público pueda degustar de la comida del país invitado de honor, hubiera sido increíble tomar agua de lúcuma, o comer turrón de doña Pepa o un suspiro. Creo que al comité organizador de FIL se le han escapado muchos detalles que son importantes. Esta FIL fue increíble porque conocía el país, pero recordando otras ferias, me parece que todo es producto tan llano de la mercadotecnia, que no están interesados muchos en lo que realmente debería ser, la cultura plena y completa de un país.
En cuanto a los eventos de explanada se refieren, prefiero no comentar nada al respecto: mataron el espíritu de la explanada. Los años pasados la explanada era de verdad una explanada, sin límites, uno podía estar en el otro lado de la avenida y ver el grupo, uno podía salir de la feria y comprar un café de olla y un pan, pasear entre los vendedores ambulantes que le daban un toque especial a la feria, ahora lo único que había era una cúpula gigante que cubría los eventos sin darle una posibilidad al público que transitaba por la calle de saber quiénes tocaban desde el otro lado de ese armastote blanco, un monstruo que abrazaba los eventos, además, me parece que el programa no incluía artistas que valían la pena, que yo había escuchado en Lima como Turbopótamos, Natasha Luna, Leuzemia, y todavía se dieron el lujo de cobrar con La Sarita. Ahora ya dudo definitivamente de los organizadores de la feria, y es que con tantas cosas, yo me pregunto qué criterios toman para invitar al país, a los artistas, a las editoriales, o si sólo escogen al azar, o al que diga que sí, o al que sea menos difícil de conseguir, o más barato. Tengo mis dudas. Sin embargo, esto es un parteaguas, yo me enamoré más de Lima mediante la Feria, pero me decepcioné de la feria en sí, me decepcioné de muchas cosas que nunca había visto. Esta feria fue la número 19, es decir que he ido a más de 5 ferias en donde no he entendido absolutamente nada, no he encontrado absolutamente nada de libros y donde me he venido realmente con las manos vacías. Me pregunto qué pasará en la vigésima edición de la feria donde el invitado de honor es Andalucía.
Leticia Cortés (www.leticiacortes.blogspot.com)